Tengo poquísimas cosas
que celebrar, y ninguna de esas pocas incluyen logros contigo. Quizá que no
tardes tanto en responder, o tal vez que me notes cuando estoy podrían hacerme
exteriorizar felicidad.
La culpa de todo mi
presente la tienes tú, por haberte acercado cuando más necesitaba de alguien,
porque es imposible no notarte cuando expresas tu esencia. La culpa es sólo
tuya y de tu inteligencia y siempre esas ganas de seguir aprendiendo de lo que
sea, tienes unos ojos finitos, tan escasos que hay que aprovecharlos
mirándolos, pensándolos, explorándolos.
Tienes una tierna y linda voz, cuya última palabra que escuche decirme fue “suerte” y vaya que ahora la necesito contigo.
Es fácil recopilar tantas
cualidades en ti como un todo, pero me agrada pasar los momentos pensando en ti
fragmento a fragmento, haciendo en mi mente tu historia, juntando tus momentos,
recordando las cosas que te han gustado, la molestia que otras te han causado,
a Emilio, a tu gato Copérnico y la idea que tienes de mí, el fragmento de tu
música, tu buen gusto, y tus lindas uñas que desgarran menos de lo que desgarra
no tenerte cerca.
Sé que no soy exactamente
yo para ti, sé que tienes tanto encima y poco tiempo para lo demás. Lo
comprendo créelo, porque tu vocación, tus buenos sentidos y buena vida me
hicieron sentirte así como te siento.
Hablando del futuro, o
quizá una utopía, te sentiré como la única mujer que quise hacer mía. Hablando
de lo que somos hoy, eres la única que quiero despertar con un beso y sentir
que tienes tú para mí también muchos de esos.
No sé si llegará, ni
siquiera sabré mañana qué pensarás. Hoy me siento seguro de esperar y de sentir
que todo funcionará, que quizá es sólo que nos conocimos demasiado pronto, y
que aún no sea el momento de que sonrías, mirándome a los ojos, cuando te diga “te
quiero”
Diana Laura Díaz, escríbeme
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nunca nadie comenta. Me alegra que tú sí lo vayas a hacer.