Capacidad



Nocivos recuerdos estrellados en galaxias eternas, eternos como la fila de tus enamorados, donde yo nunca he comandado.
Calibrando tus colores, mataste la noche pidiendo que no labore en tu memoria. Que la deje inconclusa y rehusándote a verme de nuevo.
Actualizas tu estado y sé que insinúas algo, para él o para mí eso es imposible saberlo, pero cuando no te veo sé que piensas en eso que te dije del porqué no te escribía nunca nada en verso. Pudo ser un mal motivo, pero sabes bien que eso no va conmigo. En ese tiempo lo único que iba conmigo era tu mano tomada de la mía, y la mía de la tuya, en las tardes de invierno calurosas, así es Monterrey.
Actualizas twitter y pones donde estás, no necesitas filtrar la foto en instagram. Mientras vea los hoyuelos en tus mejillas y tus labios partidos, sé que somos exactos y nos pertenecemos. No sé cómo dudo a veces eso, debe ser por los tweets donde sé que lo extrañas, o podría ser el “Visto” de Facebook, pero hay algo en tus redes que me atrapa, algo me intriga, algo que me hace ver que eres fría.
No contestas y no sé de ti, las letras van saliendo en cuestión de 2 minutos llevo 213 palabras, mal escritas y sin una gota de tinta. Llevo tatuada una herida, y el tatuaje lleva grabada tu firma. Grabaste tus iniciales y una fecha; 23 de septiembre. Después de tiempo, sigo sin recordar qué pasó y cómo pasamos.
Tu inhabilidad de encontrar música nueva, escuchas lo que yo oía hace años y nadie atención prestaba.
Tu habilidad de hallar lo más común y poco certero en medio de lo más divagante entre lo más saliente.
Tu inhabilidad del amor, con tu habilidad de humillar. Capacidad de matar

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