Querètaro - Aguascalientes

Cuando no temìa ser inducido en vicios me inmiscuìa en notas sin letra, en letras sin versos y me basaba en prosa en mi manos para saber què decir. Temìa ser descubierto y no ser el encuentro donde se encuentran los manifiestos de sabidurìa con riqueza. Todos sabemos que la belleza ya no va a esos congresos, desde la pelea de Francis con Aquiles por Elena. Se supo que la mitologìa tenìa razòn y podìa hasta crear màs razones por las cuales no congeniar, por las cuales actuar sin cadidez, tener indiferencia a lo que pase, ser efìmero en odiseas y duradero en malos ratos, tener que echarme al suelo cuando suelo critiar, sòlo para que los golpes no caigan directos, que reboten y me vengan màs ligeros. Ligeros como los èbanos cuyo fruto nulo es el orgullo de la naturaleza cuando el muerto descansa ya con pereza y no recuerda lo que le rodea, no cobra la recompensa, pues antes de su libido ya habìa vivido en libertinaje y habìa aprovechado cuanto viaje fuera posible, cuanta carta tuviera que mandar y cuanta boca tuviera que besar. Cosas que un vivo debe hacer.
Si me muero de calor bailen todos con sabor, sigan todos al tambor y no me lloren por favor. No quiero misa bajo un altar, quiero ser ceniza que lleva el mar. Yo no me opondrè si al morir me prendes fuego, fuego en su danza de fè cosumiendome. Hasta luego. Suspiro que viaja cual atardecer, apenas y lo puedes ver. Somos sombras, un sueño de ayer. Se olvida al amanecer.
Hoy viviendo el estruendo creemos todo tenerlo, son presentimientos, rumores entre vientos, te quedas a ese centro. Irè a ver si te encuentro. Nos vemos por la noche en la càmara de faltas, y entre ruido y derroche te dirè en voz alta: pierdes tu tiempo en este lugar, ahogas lamentos en tragos de aceptaciòn. No hay nada para ti o para mì aquì. ¿Quièn nos extrañarìa? Con tu boca y la mìa animemos los dìas. Vente conmigo ¿cuàl es tu afàn? aquel falso amigo, vamonos y no regresemos jamàs. Con ellos no tenemos que sicronizar, a nuestro ritmo vamos a bailar. Perdamos tiempo en otro lugar, si tù y yo nos tenemos no necesitamos a nadie màs, porque te dedico a velo a ti que no tuviste velo, aunque me siento y siento que a otro llamas y a otro llamas, te verè por la mañana, tù eres todo mi mañana, son mis celos, no hagas caso. Sin ti nada tiene caso.
Las letras no se hallan donde se buscan, y sòlo a veces buscamos donde no queremos y ahì encontramos, nos arrepentimos y sabemos que inspiraciòn allì no debimos haber hallado, sabemos que escribir la misma cosa con mismas palabras escritas en diferente orden pero con el mismo orden de la misma cantaleta en el callejòn de los muertos, en el callejòn donde pasan los viejos para comenzar a acostumbrarse, no desconocer de todo el lugar el dìa que les toque por allì caminar, o el dìa que los perros los encuentren y los mismos los coman. Porque de cielos nuevos hay vidrio liquido, y de coches viejos hay llantas con historias y parabrisas que borraban memorias.

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