Eres y se nota


Se notan las ausencias, se notan en las tardes donde el sol no te da de espaldas y hace que se vea tu pelo castaño, se nota en tus silencios, en lo que tardas en contestar y en esa mirada tuya en la cual hoy ya soy un extraño. Se nota en tu partida, en esa que no da señal de vida. Se nota tu ausencia, no la de cocina, se nota en los versos de canciones que escribes como indirectas, son para él, lo sé, me hace daño leerlos, pero ¿qué quieres que haga? Te extraño y  nada puedo hacer ante ello. Se notan las ausencias cuando tus cartas redactadas cuando estabas de mi enamorada, se siente tu presencia cuando te sueño, es por eso que llevo meses durmiendo temprano para soñarte tanto, pero tanto, que cuando despierte sienta que estuviste aquí, que sólo por curiosidad viniste a visitarme, a ver cómo sigo, a besarme.
Nunca pensé que fueras a llegar ¿sabes? Pero cuando lo hiciste, jamás quise que te fueras de mi lado, las circunstancias dictaron otra cosa y hoy estoy yo sin tú, tú sin mí y los dos sin hacer un nosotros. No te dedico “Como eran las cosas” de babasónicos porque lo tomarías a mal. Te dediqué mi vida, sabiendo que podía dedicarte versos y melodías. Te dediqué mis días pensado que nunca te irías, te dediqué mis horas, eres lo que presente hoy añora, es lo que no hay cuando hacia delante, eres la sonrisa quebrada al pensarte.
Te dediqué hasta lo que no tenía. Pero jamás lo quise de vuelta, pero tú no quisiste guardarlo, aunque ¿quién querría contener algo de alguien que le hizo tanto daño? Muy bien sabemos los dos que nadie te lastima como yo, y nadie me cuida como tú. Muy bien sabemos que te ves feliz sin mí, pero yo sin ti… yo sin ti soy una mitad de algo que unos meses estuvo completo.

Eres ese libro que nunca acabé de leer, eres esa soda que me cayó ayer, eres esa canción que me recuerda a ti, eres ese color, ese color tuyo favorito, eres ese amigo que fue o es tu enemigo, eres la sonrisa fingida cuando me preguntan por ti y digo que no sé de que hay contigo, eres ese canario que canta las mañanas, eres mi iPod lleno de canciones para recordarte, eres mi libreta de 2° de secundaria repleta de tus iniciales y nombres tuyos, también se notar mucho en ella “31 de agosto del 2010” fecha en que nuestra historia comenzó, eres el número que no sé que exista, el dolor que sentiste algún día fue obra mía, como quisiera morir por ello en agonía, eres el cuadro enmarcado en casa fina, eres la madera tallada por un artesano en una mañana bajo cero, eres el parque fundidora contigo y conmigo tomados de la mano, eres el asfalto de la banqueta donde me senté a llorar el día que terminaste conmigo, eres la sonrisa del niño que jamás me sonrió, eres el mensaje que nunca contestaste, eres el tweet con la indirecta que te mandé, eres la puerta de mi cuarto donde escribí “A&E” hace algunos años, dos para ser exactos. Eres el febrero que pasé contigo, eres el enero que iniciamos juntos, eres el año nuevo del 2010 que me dejaste plantado, eres el junio donde terminaste conmigo, eres el octubre de cuando iría contigo a un concierto de panda, eres el agosto. Eres el diciembre, el 1° de diciembre mi cumpleaños y el 3 de diciembre el tuyo. Eres todas esas flores que te obsequié. ¿Recuerdas cuando cumpliste 15 años? Fui a tu casa, era sábado, quizá eran las 9:30am. Lleva chocolates, un oso de peluche y 15 rosas. Eres la indiferencia que mostraste cuando te di esos regalos. Eres tú ignorándome el resto del año, eres tú dejando de quererme, usándome a tu placer, eres tú con tu maldad, eres tú con tus problemas y yo con los míos, eres tú no leyendo esto. Sé que no lo lees.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Nunca nadie comenta. Me alegra que tú sí lo vayas a hacer.