Se notan las ausencias, se notan en las tardes donde el sol
no te da de espaldas y hace que se vea tu pelo castaño, se nota en tus
silencios, en lo que tardas en contestar y en esa mirada tuya en la cual hoy ya
soy un extraño. Se nota en tu partida, en esa que no da señal de vida. Se nota
tu ausencia, no la de cocina, se nota en los versos de canciones que escribes
como indirectas, son para él, lo sé, me hace daño leerlos, pero ¿qué quieres
que haga? Te extraño y nada puedo hacer
ante ello. Se notan las ausencias cuando tus cartas redactadas cuando estabas
de mi enamorada, se siente tu presencia cuando te sueño, es por eso que llevo
meses durmiendo temprano para soñarte tanto, pero tanto, que cuando despierte
sienta que estuviste aquí, que sólo por curiosidad viniste a visitarme, a ver
cómo sigo, a besarme.
Nunca pensé que fueras a llegar ¿sabes? Pero cuando lo hiciste, jamás quise que te fueras de mi lado, las circunstancias dictaron otra cosa y hoy estoy yo sin tú, tú sin mí y los dos sin hacer un nosotros. No te dedico “Como eran las cosas” de babasónicos porque lo tomarías a mal. Te dediqué mi vida, sabiendo que podía dedicarte versos y melodías. Te dediqué mis días pensado que nunca te irías, te dediqué mis horas, eres lo que presente hoy añora, es lo que no hay cuando hacia delante, eres la sonrisa quebrada al pensarte.
Te dediqué hasta lo que no tenía. Pero jamás lo quise de vuelta, pero tú no quisiste guardarlo, aunque ¿quién querría contener algo de alguien que le hizo tanto daño? Muy bien sabemos los dos que nadie te lastima como yo, y nadie me cuida como tú. Muy bien sabemos que te ves feliz sin mí, pero yo sin ti… yo sin ti soy una mitad de algo que unos meses estuvo completo.
Nunca pensé que fueras a llegar ¿sabes? Pero cuando lo hiciste, jamás quise que te fueras de mi lado, las circunstancias dictaron otra cosa y hoy estoy yo sin tú, tú sin mí y los dos sin hacer un nosotros. No te dedico “Como eran las cosas” de babasónicos porque lo tomarías a mal. Te dediqué mi vida, sabiendo que podía dedicarte versos y melodías. Te dediqué mis días pensado que nunca te irías, te dediqué mis horas, eres lo que presente hoy añora, es lo que no hay cuando hacia delante, eres la sonrisa quebrada al pensarte.
Te dediqué hasta lo que no tenía. Pero jamás lo quise de vuelta, pero tú no quisiste guardarlo, aunque ¿quién querría contener algo de alguien que le hizo tanto daño? Muy bien sabemos los dos que nadie te lastima como yo, y nadie me cuida como tú. Muy bien sabemos que te ves feliz sin mí, pero yo sin ti… yo sin ti soy una mitad de algo que unos meses estuvo completo.
Eres ese libro que nunca acabé de leer, eres esa soda que me
cayó ayer, eres esa canción que me recuerda a ti, eres ese color, ese color
tuyo favorito, eres ese amigo que fue o es tu enemigo, eres la sonrisa fingida
cuando me preguntan por ti y digo que no sé de que hay contigo, eres ese canario
que canta las mañanas, eres mi iPod lleno de canciones para recordarte, eres mi
libreta de 2° de secundaria repleta de tus iniciales y nombres tuyos, también
se notar mucho en ella “31 de agosto del 2010” fecha en que nuestra historia
comenzó, eres el número que no sé que exista, el dolor que sentiste algún día
fue obra mía, como quisiera morir por ello en agonía, eres el cuadro enmarcado
en casa fina, eres la madera tallada por un artesano en una mañana bajo cero,
eres el parque fundidora contigo y conmigo tomados de la mano, eres el asfalto
de la banqueta donde me senté a llorar el día que terminaste conmigo, eres la
sonrisa del niño que jamás me sonrió, eres el mensaje que nunca contestaste,
eres el tweet con la indirecta que te mandé, eres la puerta de mi cuarto donde
escribí “A&E” hace algunos años, dos para ser exactos. Eres el febrero que
pasé contigo, eres el enero que iniciamos juntos, eres el año nuevo del 2010
que me dejaste plantado, eres el junio donde terminaste conmigo, eres el
octubre de cuando iría contigo a un concierto de panda, eres el agosto. Eres el
diciembre, el 1° de diciembre mi cumpleaños y el 3 de diciembre el tuyo. Eres
todas esas flores que te obsequié. ¿Recuerdas cuando cumpliste 15 años? Fui a
tu casa, era sábado, quizá eran las 9:30am. Lleva chocolates, un oso de peluche
y 15 rosas. Eres la indiferencia que mostraste cuando te di esos regalos. Eres
tú ignorándome el resto del año, eres tú dejando de quererme, usándome a tu
placer, eres tú con tu maldad, eres tú con tus problemas y yo con los míos,
eres tú no leyendo esto. Sé que no lo lees.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nunca nadie comenta. Me alegra que tú sí lo vayas a hacer.