Bajé en agosto y subí en Junio


Iba en un tren. O mejor dicho, desperté en un tren. Intenté ver por la ventana en dónde estaba, supongo que aun iba en un túnel, pues sólo veía ladrillos, pared. Sí, pared, como la que me pusiste tú para no volver a hablarlos. ¿La recuerdas?
El camino era largo y cansado, no sabía cuándo o adónde iba a llegar. Mucho menos con quién lo haría. Durante el trascurso del medio ferroviario noté pasar a mucha gente, el egoísmo, la vanidad, el coraje, la soledad y muchos factores más se notaban en sus rostros. Sólo pasaban, no disfrutaban el trayecto. No veía a nadie con un libro o con auriculares oyendo música, muchos menos veía a personas del sexo opuesto o del mismo sexo enamorándose. Sólo cumplían con el trámite.
Volví a entrar a otro túnel o al mismo, no lo sé. Aquí no había ningún señor con bigote regalando chocolate mientras bailaban. Así imaginaba yo un viaje en tren. Si preguntaba “Disculpe ¿dónde estamos?” la respuesta era “Calla. Essa è ancora poco” .

Después de pasar por los pasillos la gente con esas caras demacradas, algo dentro de ellos y bajaban del tren. El sujeto viejo de la puerta sólo decía “Suerte, la necesitarás” Automáticamente eso me llenó de miedo, supe que era algo lo suficientemente peligroso como para que te desearan suerte.
Siguieron pasando las horas, entre buscar las razones de por qué estaba en ese tren, entre intentar verme los brazos y las piernas, entre intentar dejar de oir la voz de “inténtalo” y al viejo diciendo “Suerte” no podía concentrarme, ni siquiera podía escribir esto. Incluso llegué a pensar que estaba muerto, que a final de cuentas su recuerdo sí volvío y que no compuse otra de amor, sólo se quedaron las de ella y la soledad me mató. Después llegué a la colusión de que su Adiós no me mató, sólo era un climax del año. Se necesitan nuevas evidencias para demostrar que estás vivo. En esa ocasión tocó evidenciar dolor.

Despues de ello comencé a platicar con alguien, no recuerdo el nombre, sólo sé que era mujer, tenía una voz bella, no lo puedo negar. Decía que amaba mi risa. Supose que debe ser alguien especial para mí, pues es muy raro que yo me ría, sólo lo hago en momentos indicados y con la gente indicada. Parecía saber tanto de mí que hasta me daba miedo. En ese momento una luz roja se encendió en mi lugar, el viejo me miró asombrado, tomó a su perro fiel y habló con él. No sé por qué el canino no entendía lo que aquel hombre le decía.
Entonces él me dijo "
Fils, la chance, la nécessité´  Yo tampoco entendía qué pasaba. Primero Italiano luego Francés. Estaba raro. Le dije ´Gracias´ y bajé. Una bella dama me esperaba, tomó mi mano y me besó. Me explicó que era el tren de los solitarios y no me dio más explicaciones, sólo sabía que yo estaba bajando de ese tren y que dejaba de ser un solitario. Ella prometía hacerme feliz, muy feliz, yo sin duda le dije que haría lo mismo con ella.
Eso
ocurrió
un 31 de agosto del 2010. Recuerdo bien la fecha, tengo pruebas, tengo cartas de que un día dejé de ser un hombre solitario. En serio, un día logré bajar de ese tren.

Hoy ya es junio, hace un año subí al tren, hallé viejos conocidos y aun estaba aquel viejo con esa risa y diciendo ´Sabía que volverías bastardo´ y ahora hablaba en Español. Seguro todos en ese tren enloquecieron por soledad.
Ahora que pasó un año supe que el viejo está muerto, sólo su alma ayuda a bajar del tren. Él represanta la única verdadera y eterna soledad dando a ejemplo que aun podemos bajar de el tren, pero él no. Mientras no mueras no estarás solo.
Sólo hay que buscar con quién bajar del tren, no bajes sólo por bajar, puede ser peligroso y lo siente el corazón. Aparte ganarás mil burlas en el tren. Sólo piénsalo. ¿Estás arriba de él o aun no tienes boleto ?

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