El árbol que no soñé.


Nos acomodamos, nos sentamos, deleitamos, lloramos, reímos, añoramos, sufrimos y juntos cantamos.
Después de años y años de perseverancia llega la proeza que se cumplió mientras tú ibas de arriba abajo en un columpio, como me hacía falta un refugio, cómo sentíos,  llena de pena, cómo oía cada murmullo.
Cómo cantamos y cómo bailamos. ¿Recuerdas las risas de cuando nos amamos tanto tanto? Cómo te sentía, y cómo vivías, no vivías en el planeta melancolía, otro azul, otro igual que tú, otro insulto, pero nada de esto ya es tuyo, falta por luchar, falta por alcanzar, mucho más por gozar y mil minutos más para felices estar. No te rindas, no te aflijas, no sonrías, ni victoria finjas. No llegues a pensar que estás bien cuando estás mal, el corazón no sabe perdonar, el cerebro sabe dar otra y otra oportunidad hasta que todo esté feliz en su lugar.
El cerebro y su juego de recuerdos, los recuerdos jugando al cerebro al querer decidir qué es lo que es mejor para nosotros sentir. Querido recuerdo ¿qué te crees? Una espada para mi vida es. Una antorcha en la obscuridad, una vida, pero no una llama más.
Una melodiosa canción sale de ese acordeón, en parís no estoy, Montpellier tampoco, pero siento sentir lo que no fui, siento vivir lo que no viví, siento mi raíz aquí, sí, aquí, muy apegada a mí, pero no necesito de todo esto para subsistir, no sé de qué prescindir para tenerte dentro de mí ¿De un recuerdo o una pena? Da igual, ambas me acomplejan. Ninguna me deja dormir, ambas me hacen llorar, pero de mucho me arrepiento, no soy de lo que dicen que no se arrepienten, pues lo del pasado sí se puede cambiar ya, sólo la muerte no se puede remediar ó eso nos hacen pensar.
La perfección no existe, es un chiste, es lo que el hombre con el arma en la cabeza me dice que tú dices, ¿es en serio? Te alijes sin creer en ser perfecto o perfeccionar. Te afliges y dices que amor no hay, te miro y digo que de este azul y entrecomillado planeta no eres más. El sentido de la vida cuál es, el sentido de la vida está ahí. En la pregunta ¿Cuál es el sentido de la vida? Dudar y la fé nos hacen seguir, saber si pasaremos el examen, saber si la chica nos dará un sí, pero si no crees y no dudas, no se siente bonito vivir, si de todo estás seguro y de nada quieres saber más, te lo juro, no tienes por qué vivir más .
Yo sé que el tiempo me dará la razón, sé que algún día no me dejarán de lado por pensar distinto. Lo de Kony es un mito, no creo si no lo vivo, estoy en lo falso lo sé, tú estás en lo cierto, ya lo creo también, no espero que me creas, no creas que te espere, no sientas que te sienta, y no sientas que te quiere.
El día que más de uno que conozca sienta lo que siento y no ande huyendo del lobo llamando lo que veo, será el día que no me sienta desolado, que no me esconda tras un monitor siendo quien gritan que soy, el grande Eduardo soy, todo lo sé soy, todo lo veo soy, de todo me entero soy, de nada tengo tiempo soy, no lo ignoro soy.  Un día podré levantarme y ser lo que siempre quise, vestirme como mi cerebro lo dice, dar a quien decir merece, poner una escalerilla a quien crecer obedece. Enterrar a quienes necesitan madurar, a final de cuentas, así lo hacen las frutas. Llorar lo que no lloré, lastimar a quien no lastimé y agradecer a quien me da un poquito de su querer.
¿Cómo les puedo expresar? ¿cómo les digo que no quiero más? Palabras, dejen de acomodarse, no vayan a tardase si se van, sólo quédense, hagan a muchos llorar, pero, por favor, no se acomoden.
Una aventura por allá, una aventura en una cama y, no, no me refiero a algo sexual como muchos han de imaginar, me refiero a algo de soñar, a algo donde todo se hace realidad, a la vida donde pertenecemos, y donde cruelmente no todo el tiempo nos movemos, a la vida desgracia donde vivimos, no quiero verte si no huimos a un laberinto donde no haya lo prohibido, donde se ame igual todo lo habido, donde no haya un ´hoy no me río´ donde pueda vivir por siglos cada sueño que sueño contigo, donde pueda beber de cada río, donde no haya quien diga que halla pecado, donde coitar no sea un estado, donde sea un vivir, donde podamos existir y así *chasquido* dejar de vivir.
Investigando sobre la raíz folclórica, encontré que eres un hipócrita. Llamarte mi amigo osas. Qué basura, qué mentira, que bazofia.
Una carta te envié, pero no llegó, el del correo me dijo que tu madre la rechazó. Mis sentimientos iban ahí, te los di, de los entregué, y tu madre te dijo “Carpe diem”. No pude entender, no sé latín, pero el griego se me da como el español a ti. No lo pude creer, los habías desechado, una carta con tinta negra, papel blanco y forrada de sentimientos ella ha tirado. En un perchero colgué el abrigo del invierno blanco, no gritar lo mucho que te amo, soñé que la leías, qué estupidez la mía, ahora que me explicas entiendo la ironía, mi alegría y mi falsa historia donde yo suponía estaríamos juntos otro día.

Aquí inicia lo que escribo, aquí empieza el abismo de letras en el fondo del mar, aquí te voy a encontrar, aquí te voy a amar, aquí recordarás y tú y tu cerebro se reirán. No existimos. Somos ¿qué? ¡ESO, ESO ESO! Como diría el homenajeado chespirito.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Nunca nadie comenta. Me alegra que tú sí lo vayas a hacer.