Sutileza de la solitude

Nunca he sido un buen lector. Es raro que termine un libro completo, pero de alguna extraña manera logro leer a las mujeres, logré leer un corazón y supe alojarme en él, pagando con mi actitud melosa y atenta la estancia en él. Fue buena mientras duró.
Van meses donde no hallo un corazón que leer, van varios meses donde un contacto físico y un "Adiós" me basta para satisfacerme por un rato y regresar sin ánimo a casa, regresar sabiendo que a nadie tengo.
Tengo deseos momentaneos que le ganan a todo principio y le ganan a no convertirme en aquel que da besos de marinero. Sí, esos que besan y se van.
Van meses así, desde el 31 de diciembre del 2011 no he besado con amor. Amor, eso a lo que yo le conozco como "Música, tarde con amigos" La poesía o temas eróticos jamás se me dieron, sólo era cosa de llevarlo a cabo, era cosa de tocar su cuerpo como si fuera una suave hoja, o en mi caso el más fino teclado. Mis dedos siendo la pluma, o en mi caso las teclas, tu cuerpo siendo mi hoja, o en mi caso Word, y claro siendo la inspiración de mi excitación.
Recuerdo llevar música en mi iPod. Baladas perfectas que se acomodaban al momento de tensión antes de la exaltación del ansiado final. Pero decidí que no había mejor opción de audio que el track de tu aliento.
Pude decidir que esto me agrada, pude decir que en labios olvidé otros labios. Puedo decir que sé que hoy esto no está bien, pero llena un vacío. Aunque sea por horas solamente, pero a final de cuentas, como diría Luis Navejas, mi "Dulce soledad" no se separa de mí.
Apiádense de mí, en serio. Pido tanto, es cierto, pero doy mucho. Peor es pedir nada y dar poco.
Son diferentes etapas, libidos y deseos lo suficientemente extraños como para poder decir que extrañas a alguien sin extrañar. El mismo miedo de cuando me hablan de una relación. No miedo a ser lastimado, ¿quién carajos le teme a eso? Miedo a que le guste One Direction o Arjona. Eso sí es de temerse. Son cosas difíciles con la facilidad de ser llevadas paso a paso. Son cosas lo suficientemente complicadas como para ser tan simples como sentir amar. Son sentimientos tan usados que llevo meses sin sentirlo.
Historias crueles que le cuento a mis amigos sobre la chica de ayer, historias fantásticas donde no hay amor, sólo palabras fuertes al oído y corazones latiendo a mil por segundo. Canciones hablando de ello después de ese mal de amores.

Cambiaría lo que soy hoy para hallar a alguien que pueda dar, alguien que pueda ofrecer. Cambiaría mis contactos en facebook, los números de mi celular, mis recuerdos, mis oídos conservando los gemidos, mi cuello con esa saliva y mi inseguridad al esconderme ante algo real. Si la conociste mientras se besaban sin saber sus nombres, no vale como real.

Hasta hace unos días reservava este tema. No lo consideraba apropiado para exponerlo a ti lector mío, pero hace unos días una compañía me habló de noviazgo, luego me preguntó "¿Me extrañas?" A lo cual tuve que mentir diciendo sí. Esto se me va de las manos, y no me arrepiento, es sólo que me gusta, pero hay ciertos pormenores que me matan al volver a cada y tratar de dormir. Son secretos ventilados por los vientos que rompen en las enormes montañas de mi ciudad. Nombres que olvido y besos que me han regalado. Manos que se han juntado y mis manos que tanto han explorado. Tratando de decir esto con el lenguaje más correcto posible.

No soy un buen lector, pero cuando me lo propongo leo de muchos lados y leo tanto que hago mis alternancias de la historia y del final, me presipito a darle un final al romance que llevo con ella... bueno, en realidad ese romance no ha comenzado.

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