Como viernes atardeciendo. Mientras todos van y dejan en sus
casas a sus respectivas novias, yo me limito a comprar un helado e ir a la
estación del camión para esperar el que me trae de vuelta a casa.
También salía antes que todos para esperar a alguien y llevarla sana y salva hasta la puerta de su casa, pero eso ya cambió, y no se ve muy cercano que las cosas vuelvan a ser así. En caso de serlo, se los haré saber con una canción o un cuento.
Entre los minutos que me toma volver a casa en medio del tráfico y molestos bebés llorando en el camión, pienso en qué camino estoy tomando. Son tantos momentos al día y sólo solo puedo pensar hacia donde voy mientras me dirijo, quizá, camino a casa.
Entre una falsa sonrisa que me regaló una falsa amante de mi corazón y la tiza con la que mi profesor redactaba las leyes de la física, entre la coraza que me protege y me vio huir cuando me propusieron algo real, entre la noche que se alegra cuando anochece porque sabe que los amores se darán, criaturas se engendrarán, amores nacerán y sonrisas se desatarán, cuando podrán nacer mil y un razones para creer en poder crecer y orar como pareja para crecer como pareja que se perpleja cuando ve las razones de amor que tienen entre sí, o cuando ven las dificultades que superan a las facultades de superar los escalones de etapas con peldaños que da la vida cada año.
No sé ya hoy qué tanto confíe la gente en mí, pues en mí hay tanta desconfianza como lo hay en la política mexicana y como la desconfianza que tengo cada que veo tu mirada. A días de graduarme siento ya extrañar a mis compañeros, pero jamás diré eso, pues eso me hará sentir igual, y sólo quiero resaltar, pero mis sentimientos no guardar. Guardar como los detalles que de mi te molestaban y jamás sacaste a la luz. Luz como la que me dice cuando en mí todo era oscuridad. Recuerdos como los de mi ciudad donde no cabe uno más, uno más fue el año que llegaste a mí. Ya van dos y hoy estoy sin ti. Llevas 2 de 15.
Es lunes y cerré los ojos esperando despertar en la víspera del atardecer del sábado. Es lunes e inició una semana, una última semana como alumno de un plantel educativo, que me enseñó valores sin enseñarlos, me enseñó a querer sin quererme y me enseñó amistad siendo enemigo. Con chicas que me regalaron sus besos y hoy volteo mi rostro al verlas. No por vergüenza, sino por deseo de volver a tenerla, a sabiendas que eso fue cosa de una vez, aunque dos estarían bien.
Planteé varios escenarios con varias situaciones donde en todas soy actor principal, donde cada claquetazo me da una nueva oportunidad. Quizá no haya sido porque no logré adjuntar el audio y vídeo, sino porque tropecé con lo que soñé tropezar ayer. Quizá era una mala escena, y a cada calquetazo cambio de actriz secundaria, pero el director siempre es el mismo; director cineasta francés “destino”
Hoy me mueve “silver” de Nirvana, ya sé lo bastante vil que sueno, pero hasta cierto punto Nirvana sigue siendo importante. Me acompañó de 3° a 6° de primaria, y no los dejaré de oír… creo yo. Bueno, dejó de sonar Silver y ahora está “Stain”.
Siempre hubo una promesa que no cumplí, también hubo alguien a quien no acompañé, hubo quienes de los cuales no me despedí, incluso hubo una pluma que nunca regresé a su dueño, hubo sospechas de una cosecha de amor, que nunca maduró, nunca concretó y no creció. No soy un poeta, mucho menos creo que mi vida quede obsoleta, no soy el escritor juvenil que todo México esperaba, soy un hijo que crece bajo la sombra de hermanos inteligentes tratando de llamar la atención de mamá y papá. Le abro la puerta a las damas y las dejo pasar por caballerosidad, pero también para verlas e imaginar que eso podría ser mío, le hablo con certeza a la voz en mi cabeza, que me dicen cuando te ve “Esos labios gritan tu nombre. ¡Besa, besa!” Le hablo con miedo al recuerdo de ella que me dejó con miedo y charlo con confianza con quienes confianza me tienen. Sueño despierto y vivo dormido al distraerme, no puedo concretar lo que no es, pero puedo soñarte con lo que vez. No sé qué habría si yo viviera al revés y me comiera los sentimientos a cada alojamiento en un corazón, no puedo hallar caparazón para esconderme de una razón para mi dinero gastar e ir a dejar a alguien a una casa. No puedo explicar cómo detonar la pólvora de un amor, pero sé estallar cuando menos me lo espero. Me gusta oír a los Smiths cuando estoy feliz y a los Vaselines cuando estoy triste, me gusta cuando llueve y me gustaría ser lluvia para poder yo-verte. No ofrezco poco, pero el encanto me dura poco. No te hagas la interesada, porque sé que no sientes lo que yo en ti creía provoco, sé que no eres la mujercita correcta y decente que yo esperaba, pero eres lo más parecido y peor es nada. ¿Quién te crees o qué sentiste para provocar algo así en mí e irte? ¿Quién te crees para hacerme no respetar el sentido de este escrito y terminar hablando de ti? ¿Qué ocurrió para no llevar una buena métrica, tener mal ritmo y no poder hacerte feliz? ¿Qué tenía él que no tenga yo? Que un día tengas suerte, no quiere decir que tienes la vida regalada
Ya van años oyendo a Vesilnes y sigo creyendo que Jesús no quiere un rayo de sol para mí
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También salía antes que todos para esperar a alguien y llevarla sana y salva hasta la puerta de su casa, pero eso ya cambió, y no se ve muy cercano que las cosas vuelvan a ser así. En caso de serlo, se los haré saber con una canción o un cuento.
Entre los minutos que me toma volver a casa en medio del tráfico y molestos bebés llorando en el camión, pienso en qué camino estoy tomando. Son tantos momentos al día y sólo solo puedo pensar hacia donde voy mientras me dirijo, quizá, camino a casa.
Entre una falsa sonrisa que me regaló una falsa amante de mi corazón y la tiza con la que mi profesor redactaba las leyes de la física, entre la coraza que me protege y me vio huir cuando me propusieron algo real, entre la noche que se alegra cuando anochece porque sabe que los amores se darán, criaturas se engendrarán, amores nacerán y sonrisas se desatarán, cuando podrán nacer mil y un razones para creer en poder crecer y orar como pareja para crecer como pareja que se perpleja cuando ve las razones de amor que tienen entre sí, o cuando ven las dificultades que superan a las facultades de superar los escalones de etapas con peldaños que da la vida cada año.
No sé ya hoy qué tanto confíe la gente en mí, pues en mí hay tanta desconfianza como lo hay en la política mexicana y como la desconfianza que tengo cada que veo tu mirada. A días de graduarme siento ya extrañar a mis compañeros, pero jamás diré eso, pues eso me hará sentir igual, y sólo quiero resaltar, pero mis sentimientos no guardar. Guardar como los detalles que de mi te molestaban y jamás sacaste a la luz. Luz como la que me dice cuando en mí todo era oscuridad. Recuerdos como los de mi ciudad donde no cabe uno más, uno más fue el año que llegaste a mí. Ya van dos y hoy estoy sin ti. Llevas 2 de 15.
Es lunes y cerré los ojos esperando despertar en la víspera del atardecer del sábado. Es lunes e inició una semana, una última semana como alumno de un plantel educativo, que me enseñó valores sin enseñarlos, me enseñó a querer sin quererme y me enseñó amistad siendo enemigo. Con chicas que me regalaron sus besos y hoy volteo mi rostro al verlas. No por vergüenza, sino por deseo de volver a tenerla, a sabiendas que eso fue cosa de una vez, aunque dos estarían bien.
Planteé varios escenarios con varias situaciones donde en todas soy actor principal, donde cada claquetazo me da una nueva oportunidad. Quizá no haya sido porque no logré adjuntar el audio y vídeo, sino porque tropecé con lo que soñé tropezar ayer. Quizá era una mala escena, y a cada calquetazo cambio de actriz secundaria, pero el director siempre es el mismo; director cineasta francés “destino”
Hoy me mueve “silver” de Nirvana, ya sé lo bastante vil que sueno, pero hasta cierto punto Nirvana sigue siendo importante. Me acompañó de 3° a 6° de primaria, y no los dejaré de oír… creo yo. Bueno, dejó de sonar Silver y ahora está “Stain”.
Siempre hubo una promesa que no cumplí, también hubo alguien a quien no acompañé, hubo quienes de los cuales no me despedí, incluso hubo una pluma que nunca regresé a su dueño, hubo sospechas de una cosecha de amor, que nunca maduró, nunca concretó y no creció. No soy un poeta, mucho menos creo que mi vida quede obsoleta, no soy el escritor juvenil que todo México esperaba, soy un hijo que crece bajo la sombra de hermanos inteligentes tratando de llamar la atención de mamá y papá. Le abro la puerta a las damas y las dejo pasar por caballerosidad, pero también para verlas e imaginar que eso podría ser mío, le hablo con certeza a la voz en mi cabeza, que me dicen cuando te ve “Esos labios gritan tu nombre. ¡Besa, besa!” Le hablo con miedo al recuerdo de ella que me dejó con miedo y charlo con confianza con quienes confianza me tienen. Sueño despierto y vivo dormido al distraerme, no puedo concretar lo que no es, pero puedo soñarte con lo que vez. No sé qué habría si yo viviera al revés y me comiera los sentimientos a cada alojamiento en un corazón, no puedo hallar caparazón para esconderme de una razón para mi dinero gastar e ir a dejar a alguien a una casa. No puedo explicar cómo detonar la pólvora de un amor, pero sé estallar cuando menos me lo espero. Me gusta oír a los Smiths cuando estoy feliz y a los Vaselines cuando estoy triste, me gusta cuando llueve y me gustaría ser lluvia para poder yo-verte. No ofrezco poco, pero el encanto me dura poco. No te hagas la interesada, porque sé que no sientes lo que yo en ti creía provoco, sé que no eres la mujercita correcta y decente que yo esperaba, pero eres lo más parecido y peor es nada. ¿Quién te crees o qué sentiste para provocar algo así en mí e irte? ¿Quién te crees para hacerme no respetar el sentido de este escrito y terminar hablando de ti? ¿Qué ocurrió para no llevar una buena métrica, tener mal ritmo y no poder hacerte feliz? ¿Qué tenía él que no tenga yo? Que un día tengas suerte, no quiere decir que tienes la vida regalada
Ya van años oyendo a Vesilnes y sigo creyendo que Jesús no quiere un rayo de sol para mí
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